Como siempre tan contradictoria que soy, que me paso la vida cuestionándome hacia a donde me dirijo, temerosa aun a mis años y cautelosa, sin riesgo tal más que encerrarme en mi misma, y no dejarme salir, hasta cuando me permitiré volar, hasta cuando seré yo esa pequeña sentada en un quicio por la olvidaron en un día de clases , me he preguntado mil veces porque me dejo llevar el dar gusto a toda la humanidad, porque siempre estoy para los demás y nunca para mi misma, me replanteo mis fracasos una y otra vez, me quedo sin un céntimo para mi, por repartirlo entre los que amo, presto mis orejas para todos y este espacio es el único que realmente me escucha, mis propias palabras me hacen reflexionar, por una vez quisiera volar alto sin mirar hacia atrás darme cuenta que si estoy para todos, también puedo estar para mi misma, quisiera esta vez no dejar pasar la felicidad, quiero poder ser capaz de no tener miedo, y traspasar mis miedos, es difícil tan difícil poder afianzarse en este caso a mi misma de oportunidades a la vista, que confusa puedo llegar a ser, que compleja, sigo cerrada mi caparazón se ha hecho grueso con los años, mi sentimientos y mi corazón clama justicia, mi alma brinca por los rincones y mi persona sigue neceando, sigue atrapándome, en esta cárcel que no deja que termine la larga condena, estoy propuesta hoy a permitirme luchar por lo que amo, estoy disidida a ser feliz. Hoy esperare en ese quicio a que vengan a buscarme sin miedos, madura, serena y con la bolsa llena de amor para dártelo si es que me aceptas como soy.
