LA PLAZUELA DEL CARBÓN

NUNCA DEBE DEJARSE IR EL AMOR... ESE QUE NOS LLENA POR COMPLETOS, QUE NO OCUPA LAS PALABRAS PARA AMARSE, QUE SE SIENTE EN TODO NUESTRO CUERPO, QUE SOLO SE ENCUENTRA UNA VEZ EN TODAS NUESTRAS VIDAS ....
SI LO PERDISTE FUISTE COBARDE
SI LO REENCONTRASTE AFORTUNADO
SI LO DEJAS IR OTRA VEZ PENARAS PARA SIEMPRE
ASI Q DESIDETE ...... POR TODA LA ETERNIDAD

RINCONERO

lunes, 10 de septiembre de 2007

Siento llegar tarde


Siento llegar tarde
Te había estado buscando todo este tiempo
Recorrí mucho para encontrare
Pero hoy quiero decirte que nunca más estarás solo

Quiero, hoy ponerme al corriente de tu vida
Pero no me cuentes las cosas lindas que viviste
Llévame de tu mano a los lugares donde más sufriste
Que al conocerlos sentiré tus penas
Las haré mías, porque tus alegrías todos las compartieron
Yo quiero ser la dueña, la que se quede con tus tristezas.

Se que no estuve a tu lado
Se que he tardado
Pero te escondías
En tus buenos días
Y aunque no sabía tu nombre
Mi alma lloraba con tus tristezas
Yo te añoraba y por ti pedía
Y mientras más lo hacía
Más más me acercaba

Aquí estoy mi amor
Vengo a decirte que no me iré
Que puedes contar con mi hombro
Con mis brazos
Que te llenare de abrazos
Todos los que no te di
Que recorre todas tus tristezas
Que hoy te daré, por cada una de tus lágrimas
Mil razones para ver un nuevo amanecer
Que hoy que te encontré
Estoy contigo y nunca más iré
Que te amo
Que te amaba
Que te añoraba
Que buscaba

Que quiero que sepas
Que todos los días que no estuve
Que todas lagrimas que no sequé
Las voy a resarcir
Con el amor que siempre te guardé
Que mi alma te buscaba
Y que sabía que desde siempre te amaba

Que hoy que te encuentro
No prometo no sufrimiento
Prometo compartirlo
Sufrirlo y vivirlo
A tu lado
De la mano
Junto a ti
Nunca más estarás solo
Siempre luchare contigo
Porque desde siempre
He sido tuya
Porque mi alma te pertenece
Porque yo he nacido
Por ti
Se que tarde encontrarte
Pero nunca dejaré de amarte
Y hoy estoy aquí para compartir
Para no irme
Para decirte
Que llegué para hacer feliz